Aprendizaje-servicio, una metodología para tiempos de cambio social

Aprendizaje-servicio, una metodología para tiempos de cambio social

Es cada vez más habitual ver en los centros escolares la presencia de iniciativas de carácter solidario, incluso cada vez más se puede empezar a encontrar en los proyectos educativos de los centros la metodología de aprendizaje-servicio pero ¿a qué nos referimos con este marco metodológico?

El aprendizaje-servicio es una metodología de aprendizaje, un modo de transmitir conocimientos de forma contextualizada y aumentar el nivel de competencia en nuestros alumnos. Pero no es solo eso; es también una filosofía que aúna la dimensión ética de la educación con la misión de formar ciudadanos preparados y competentes.

La idea es sencilla: se trata de generar un proyecto bien articulado en la que la enseñanza de los contenidos y las competencias que deseamos trabajar se ponen al servicio de un proyecto real de carácter social. El potencial de esta herramienta es inmenso, los alumnos expresan niveles de motivación muy altos, encuentran un sentido en la aplicación de sus conocimientos y desarrollan habilidades de muy diverso tipo.

Además, en una sociedad cada vez más individualista, donde se busca el éxito personal (definido en demasiadas ocasiones como la capacidad de consumo) por encima de todo y donde las redes de apoyo social son cada vez más débiles y fragmentadas tenemos la obligación de enseñar a nuestros alumnos otros valores y otros medios para la realización personal.

Sin embargo, para que esta metodología sea aprovechada en toda su potencialidad hay algunas consideraciones que debemos tener en cuenta en su programación:

  • Planificar las competencias, valores y contenidos que deseamos trabajar con nuestros alumnos previamente. No se trata de realizar una serie de actividades de aprendizaje y después, de modo descontextualizado, realizar una obra de carácter social que no tenga relación con lo aprendido. Se debe tener muy claro qué aspectos deseamos trabajar, identificar una necesidad del entorno y, a partir, de ella hacerlo. Finalizaremos el proceso de aprendizaje en la aplicación de los conocimientos y competencias adquiridas para la mejora de esa necesidad social.
  • Trabajar la sensibilización. Los alumnos deben comprender la importancia del problema en el que se van a implicar.
  • Dar un papel activo a los alumnos en su proceso de aprendizaje, esto aumentará su nivel de compromiso con la causa y enriquecerá la experiencia, siendo el educador el guía y acompañante del proceso.
  • Evitar la perspectiva de “superioridad” en el que ayuda. Han de comprender que, cuando uno realiza cualquier tarea de voluntariado o conducta de ayuda aprende y se enriquece tanto o más que el destinatario de dicha ayuda.
  • No perdamos una oportunidad de trabajo multidisciplinar. Cualquier problema puede ser estudiado y abarcado desde diversas áreas o materias; esta metodología se presta especialmente a trabar multidisciplinarmente.

Desde aquí queremos animaros a comenzar a usar esta metodología en vuestras aulas y a compartir con nosotros vuestros proyectos para seguir enriqueciendo esta comunidad de aprendizaje.

Cristina Menchén

Psicóloga infanto-juvenil

Nº Col. M-24268

 



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