04 Feb Profesiones necesarias hoy en día: El director eLearning organizativo
Los avances de la tecnología en general están haciendo que cambie el mapa de la sociedad y de la educación. Además, con la situación que actualmente vivimos con la COVID-19, la forma que tenemos de relacionarnos, socializar o de compartir información son nuevas y diferentes a las de hace un año. También es nueva la forma que tienen nuestros estudiantes a la hora de estudiar o de pensar sobre lo que aprenden, o los profesores a la hora de enseñar, siendo ahora guías y asesores. Por este mismo cambio, el modo como ven la educación las instituciones también es diferente ahora. Ahora bien, la forma en que se produzca este cambio, depende mucho de cómo se defina el eLearning: si como algo centrado en el mero papel tecnológico o como algo que está relacionado con el tipo de aprendizaje que se esté dando y lo que se está aprendiendo.
Esta distinción entre lo puramente tecnológico en términos de infraestructuras y el tipo de aprendizaje que hace, a mi entender, puede servir para apreciar la diferencia que hay entre la gestión del eLearning y la gestión del aprendizaje en general.
La gestión del eLearning, hasta entrado el siglo XXI, se ha hecho generalmente por personas cercanas a la gestión de proyectos o los gerentes, pero hasta hace muy poco no había una figura claramente definida que se encargara de esta gestión. Es obvio que hoy más que nunca tenemos una necesidad de una gestión diferente a la general, que permita potenciar la capacidad del eLearning y tendremos que hablar, por tanto, de la gestión del eLearning.
En mi opinión la gran diferencia entre la gestión del aprendizaje en general y la gestión eLearning es que en la primera se han estado usando las TIC como un simple componente sin casi cambiar las bases del aprendizaje, y en la gestión de eLearning, además de tener esta innovación tecnológica, se persigue también una innovación pedagógica. Además, la gestión del aprendizaje en general puede darse en entornos que no tienen porqué ser online, mientras que en la gestión del eLearning este componente es necesario. Por tanto, para asegurar una dirección eficaz del eLearning, la organización no solo debe tener una innovación tecnológica sino también pedagógica, una organización que vea claro que el eLearning necesita infraestructura, materiales pedagógicos y recursos humanos diferentes a los que se encuentran en el aprendizaje presencial. La organización educativa necesita una figura que establezca las líneas estratégicas y conceptuales del programa a nivel pedagógico, tecnológico y de marketing. El reconocimiento que no siempre se le ha dado a la figura del DA-e (Director de aprendizaje e-learning) o del CLO (Chief Learning Officer) en su defecto, es clave en la organización y por ello normalmente estará dentro del equipo directivo, reportando directamente al director general o al director de operaciones en otros casos.
Para que la dirección del e-learning sea eficaz se necesitan ciertas competencias que coloquen a estas personas en la vanguardia y les permitan tomar decisiones correctas para capacitar el aprendizaje por medio de la tecnología. ¿Quién sería el encargado de estas decisiones? Al no haber un estándar universal del e-learning, son las organizaciones las que deciden normalmente quienes ejecutan estas decisiones. Puede ser el CLO o el DA-e, ya que en muchas ocasiones pueden ser la misma persona (un error, a mi entender, si se quiere incorporar el e-learning con éxito en la mejora de una organización).
Hoy en día, el Chief Learning Officer desarrolla, planifica, promueve y controla un plan estratégico para favorecer el aprendizaje de la organización y usa las TIC para mejorar el departamento de formación. El Director de aprendizaje e-learning debe ser capaz de conseguir el aprendizaje por medio de las TIC y la pedagogía, asignando roles y responsabilidades (DI, gestores de proyectos e-learning, tutores etc.), impulsando la innovación en el aprendizaje, coordinando el intercambio de conocimiento a través de un entorno de aprendizaje apropiado por medio de las TIC, promoviendo la calidad implantando estándares de calidad, o dirigiendo y controlando el impacto que tiene el e-learning en la productividad y actividades de la organización. Dicho esto, la diferencia principal que vemos entre el CLO y el DA-e estaría en el área de la tecnología, aunque no basta ser un experto en TIC, sino que es necesario combinar competencias genéricas de gestión organizativa, gestión del aprendizaje y gestión del cambio impulsado por la tecnología.
El uso de las TIC en el aprendizaje se ha vuelto un incentivo en muchas empresas y estas usan el e-learning dentro sus programas de entrenamiento y formación. El DA-e sería el responsable de establecer la relación de las TIC y su uso para que la estrategia de aprendizaje organizativa tenga éxito dentro de la organización, siendo la disposición de las personas de la empresa un factor clave. El director e-learning tiene que gestionar de forma eficaz la comunicación interna, involucrando a los futuros participantes desde el inicio y deberá interpretar la dinámica de la organización, para lo cual debe ser creativo y conocer las tendencias generales de la TIC para usarlas en beneficio de la estrategia organizativa. Tener claro qué somos, qué podemos ser y qué pasos debemos dar para alcanzar los objetivos que definirán una cultura corporativa única, algo que es la base de una definición correcta de las estrategias. En cuanto a las organizaciones educativas y en particular la educación superior y los centros de enseñanza secundaria, muchas instituciones no tienen aún un plan de gestión estratégico, por lo que en muchos casos el e-learning se usa solo como una herramienta de aprendizaje, aunque tengan muchas veces las infraestructuras tecnológicas necesarias. En muchos casos carecen de pedagogías innovadoras que sean consistentes, por lo que, dentro de la gestión de estrategia, que es el eje sobre el que elaboramos nuestro plan de acción, será necesario incluir funciones como la planificación (dónde), organización (cómo), reclutamiento (quiénes), control (monitoreo y validación) y liderazgo a lo largo de la implementación del modelo de aprendizaje virtual a fin de garantizar el éxito de la visión y misión educativa de estas instituciones. Dichas funciones serían llevadas a cabo idealmente por el DA-e, aunque es cierto que en estos contextos no siempre es fácil atribuir la responsabilidad del plan estratégico a esta figura debido a las numerosas variantes que hay en la estructura organizativa.
Laura Vázquez Tavares